domingo, 23 de diciembre de 2018

DESPEDIDA DEL 2018 Y BIENVENIDA DEL 2019



2018
Es el Año de la partida de mi madre tras once años de bagaje por la enfermedad del cáncer. 
Es el Año de la unión con mis hermanos para hacer frente a la adversidad y conseguir vencerla.
Es el Año de mi consciente andadura hacia mi transformación, la búsqueda del anhelante conocimiento de mi persona y la sanación de mis miedos.  
Es el Año en el que pasamos 4 maravillosos días en familia en Paterna del Madera tras tener que cancelar el viaje a Portugal y dejarlo pendiente...
Es el Año en que disfruto del XI Congreso La Vida después de La Vida acompañada de mi marido en un precioso fin de semana en Albacete.
Es el Año en el que en familia conseguimos llegar desde Cotillas al frondoso bosque de Melojos del Calar del Mundo con el hándicap de tener varias monterías en la zona y poder evitarlas para llegar al objetivo marcado.
Es el Año en el que abandono una etapa laboral desmotivada por la rutina, la injusticia y el sin sentido, e inicio otra ilusionada con nuevos y desafiantes retos. 

2019
Deseo con todas mis fuerzas que sea un Año de superación interior para mí: Amor, Ilusión, Aceptación, Paz, Salud, Sabiduría....
Deseo con todas mis fuerzas que sea un Año de bonitos recuerdos, de alegrías y de experiencias fascinantes.

¡¡¡Adiós 2018 y Bienvenido 2019!!!


domingo, 2 de diciembre de 2018

Carta a La Culpa

Insistente Culpa:

Desde niña me has acompañado, has estado ahí susurrándome al oído, condicionándome sobre cómo actuar ante cada decisión que he tomado en esta vida y yo te he respetado siempre porque te he temido. Gracias a tu presencia incondicional he crecido como una persona de baja autoestima, con rígidos valores establecidos difíciles de derribar, sumisa, hipócrita, maleable, todo por complacerte y tenerte contenta. 
A día de hoy sigues estando ahí, pero ahora sé que puedo cuestionarte en todo momento, establecer si lo que pasa en mi entorno es mi responsabilidad o no, si esta es absoluta o compartida, y en cualquier caso actuar en consecuencia, vamos a seguir juntas pero dialogando y pactando cada situación que se presente, desde este momento has perdido el control absoluto. Poco a poco comprobarás esta transformación en mi día a día, verás como mis valores estáticos adquieren una textura moldeable, mi sumisión adquirirá fortaleza y cuestionaré lo cuestionable, mi hipocresía se convertirá en sinceridad, mi maleabilidad en seguridad y tú serás mucho más volátil, casi inapreciable hasta que te vuelvas invisible y desaparezcas de una vez para siempre.

¡adiós!




lunes, 8 de octubre de 2018

A mi madre con todo mi Amor

Tranquila mamá, ya has pasado lo peor, has superado ese trance que desde joven veías como algo terrible e insalvable; la Muerte.
Estoy segura que ahora es cuando estás disfrutando de la Vida que te corresponde, estarás junto a tú marido y junto a tus padres, ya no los juzgas, ni a ellos ni a nosotros, ahora eres todo Calma y Felicidad, la que te mereces por todo el amor que te ha faltado y que no has sabido dar. 
Perdóname por no haber podido comprenderte, ni haber podido ayudarte, mi corazón se acorazó hace mucho tiempo y mantuvo oculta la visión de tu sufrimiento físico y mental. Ahora ya es tarde pero lo veo y lo siento muchísimo. Nos dejas a tú hijo, nuestro hermano Anton, y te doy las gracias por ello, en él vamos a volcar todo lo que no hemos sabido darte a ti. No sufras por ello, tenía que ser así.
Por mi parte quedan perdonadas todas las carencias de amor que no se han manifestado por desconocimiento, también se que estaban ahí aunque no se vieran.
Gracias por darme la vida y hacerme crecer en Cuerpo y Alma.
Ahora soy yo la que te pide ayuda desde aquí abajo, espero que estés siempre con nosotros allá donde quiera que estés y que nos des mucha Fuerza. Da un fuerte abrazo a papá y a la abuela y diles que les echamos mucho de menos.

Descansa en Paz Preciosa Alma.

miércoles, 22 de agosto de 2018

20 AÑOS DE MI VIDA

Un domingo, 1 de junio de 1998, entré a trabajar en la empresa que ahora dejo. Todavía recuerdo mi actitud tímida y retraída al encontrarme con mis futuros compañeros, la primera impresión que tuve del trabajo el primer día fue buena en general, pero esa idea se desmoronó en la siguiente jornada, cuando mi horario laboral se amplió a 15 horas. En casa me esperaban Juan y mi pequeña de 2 meses, que padecía un agudo cólico de lactante. Las primeras semanas fueron durísimas; nervios, llantos, lamentos, quejas, gritos, esa era la tónica general de mi estado anímico las pocas horas que pasaba en casa, pero al cabo de un mes, la actividad laboral se redujo y mi horario se acortó,  así fue hasta que el 31 de julio me despidieron y volví a retomar el cuidado de mi niña durante 2 meses más. El 1 de octubre de ese mismo año regresé de nuevo a la empresa pero a un puesto diferente y con un horario que consideré compatible con la vida familiar, y desde ese día hasta el 14 de agosto de este año mi vida ha transcurrido entre las paredes de esa nave y mi casa.
A lo largo de los 20 años he ido creciendo personal y profesionalmente, me ha ayudado muchísima gente, principalmente mi marido, que desde el primer momento estuvo ahí para alentarme y que no desfalleciera al primer obstáculo, también compañeros con los que congenié enseguida y, como no, otras personas con las que no me llevaba tan bien, con estas también he aprendido a ser mucho más fuerte.
Este trabajo me ha aportado especialización en seguridad alimentaria, conocimientos en prevención de riesgos laborales, en medio ambiente, en buenas prácticas sociales, en definitiva un amplio espectro de temas relacionados y no tan relacionados con la carrera que estudié.
Hace 20 años, mi estreno en maternidad coincidió con mi estreno profesional, ahora que ha pasado todo este tiempo me he dado cuenta de ello, la Vida me puso un reto complicado para salir adelante y creo que he demostrado mi valía para luchar contra la adversidad, aunque hayan quedado secuelas que ahora me propongo corregir. Después vinieron otros sucesos alegres, como el nacimiento de mi segunda hija, pero también tristes, como dos abortos o la enfermedad y el fallecimiento de mi padre. Sin embargo, doy las gracias porque el hecho de haber estado trabajando me ha permitido sobrellevar las desdichas y me ha proporcionado un nivel económico adecuado para llevar una vida familiar digna.
Mi despedida de esta empresa y la entrada en una nueva vuelve a coincidir en el tiempo con la despedida de mi madre tras su larga enfermedad, espero entender el mensaje que esta vez me está dando la Vida para rectificar las cosas que en su momento pude hacer mal y que ahora, con la experiencia y la ayuda externa que estoy recibiendo, pueda hacerlas bien.

jueves, 16 de agosto de 2018

Resurgir de las cenizas

Aparcamos el coche en La Parrilla, vamos en busca de Arroyo Bravo, es verano, por lo que ya sabemos de antemano que no veremos el agua precipitarse por las piedras, pero aún así es una de las rutas que tenemos pendiente y nos apetece hacerla. 
A medida que avanzamos por la pista, el verde de la vegetación nos delata que la zona es húmeda, el ambiente es fresco y los árboles nos hacen sombra, por lo que nos encontramos cómodos en nuestro avance, pero de repente y sin zona de transición, el color verde intenso se transforma en gris y negro. Es una zona totalmente arrasada por el fuego; el suelo desnudo solo se cubre de piedras tiznadas y los pinos, aún sin cortar, son simples palos carbonizados sin resto de vida alguna. El corazón se sobrecoge al apreciar este paisaje, se siente impotencia, tristeza, culpabilidad de pertenecer a la especie humana, pero aún así se nota como la Naturaleza nos sigue ofreciendo toda su energía; el sonido del viento pasa entre los troncos carbonizados transportando semillas invisibles, las zarzas empiezan a tapizar los ribazos del camino, pequeñas colonias de helechos aparecen en la zona de umbría intentando matizar el gris intenso de la piedra caliza, ya resurgen tímidamente pequeños pinos en la ladera arrasada, apenas se ven pero si nos acercamos ahí están, luchando por salir adelante, intentando arraigarse para no ser arrastrados por los torrentes de agua que se precipitan sin obstáculo alguno tras las lluvias. Es triste pero también alentador observar como la vida emerge de entre las cenizas y a nosotros solo nos queda pedir perdón por tanto daño que estamos haciendo a nuestra Madre Tierra.

domingo, 20 de mayo de 2018

Mi Sierra

Cerca de Molina de Segura, se encuentra el Parque Regional de la Sierra de la Pila; se trata de un pequeño macizo montañoso que se divisa desde cualquier rincón de mi localidad, es fácil de distinguir por la peculiar forma de silla de montar que conforman los dos picos más importantes del Parque. Hace ya muchos años, visité  en la zona el llamativo pueblo abandonado de San Joy o el área recreativa de Fuente Higuera, tengo muy buenos recuerdos de estas excursiones. En los últimos siete años, he hecho varias veces la ruta del singular Barranco del Mulo que divide la mole con forma de caparazón; El Caramucel, de la parte que alberga los picos de La Pila y Los Cenajos. Este cauce lo he recorrido en dos tramos; el que va desde La casa del Coto hasta la finca de frutales para luego girar hacia el Rellano, y el que sube paralelo al camino del Caserío alto de Las Luisas hasta el Mojón de Las Cuatro Caras, donde tiene su origen la rambla. Estos son quizá los lugares más conocidos del entorno, sin embargo, he tenido la curiosidad de adentrarme en las profundidades del bosque que se esconde entre las laderas y demás barrancos que forman la mole de montes de esta Sierra, y he de reconocer que el paisaje, los sonidos, la paz, la historia y otros muchos aspectos me han atrapado. Por ello, cada vez que tengo la necesidad de aislarme me retiro a este remanso de Naturaleza y respiro profundamente. Da lo mismo que sea de día o de noche,  otoño o verano, esta Sierra no defrauda nunca. 

Recorrer el Barranco del Comisario es andar sobre el abismo, crestear hacia el pico de La Pila es flotar sobre las nubes, subir al Caramucel es adentrarse en la era Cenozoica, acceder al Rincón de Poyatos es toda una sorpresa, y por supuesto no hay que olvidarse de los curiosos caseríos adaptados al terreno y al clima. 

A pesar de todos estos sitios que he nombrado, me quedan muchos paseos que añadir a mis jornadas senderistas en este lugar de la Región de Murcia, y aunque el Parque Protegido de La Sierra de La Pila es una minúscula mancha verde en el mapa terrestre, para mí es un espacio inmenso que me sana y me devuelve la vitalidad y la energía que necesito para tirar hacia adelante.

sábado, 6 de enero de 2018

Por qué hago senderismo

   Quiero dejar constancia del significado que tiene para mí hacer senderismo, ya que muchas veces los que salimos a andar comentamos que antaño, cuando la gente del campo tenía que madrugar para recorrer estas distancias y otras más largas, seguramente lo hacían forzados por las condiciones de subxistencia. Sin embargo, nosotros ahora lo hacemos encantados, a pesar de tener que levantarnos muy temprano, mucho más que para ir a trabajar, y precisamente el único día de la semana que podemos quedarnos en la cama descansando, pero faltar a una ruta significa no desconectar de la rutina, de los problemas de la casa y del trabajo, de los líos familiares, etc.

    Aunque en los dos últimos años mi actividad senderista ha pasado de estar en un nivel bajo a un nivel medio, tanto en dificultad de las rutas como en la frecuencia de salidas, siempre existió en mí la inquietud de descubrir sendas y caminos en todos los lugares que visitaba, y los fines de semana aprovechaba con las niñas, siendo muy pequeñas, para dar paseos cortos por la huerta de Molina y de Alguazas. Una vez ellas han crecido y he conseguido cierta independencia para poder salir, no he dudado en apuntarme al dinámico y numeroso Club Senderista de Molina, además de acudir a otras convocatorias promovidas por La Hospedería Rural La Garapacha y la oficina de turismo de Yeste entre otros grupos.

    Caminar es sinónimo de vivir ; evitar que el cuerpo se oxide con el paso del tiempo, aprovechar los beneficios que el sol nos aporta a la salud, llenar los pulmones de aire limpio y fresco, disfrutar de ratos de silencio sin presencia de ruidos molestos o distracciones, contemplar el contraste de colores que nos ofrece la vegetación en valles y montañas. También me ha permitido superar pruebas que creía que no iba a conseguir, a veces sola y otras con ayuda, aprendiendo a quitar la palabra NO de mi vocabulario. He mejorado las relaciones sociales al conocer a gente con las mismas aficiones, con los que puedo hablar de mis experiencias senderistas y ellos contarme las suyas, aquí no cabe el diálogo de besugos que puede haber con otros conocidos de nuestro entorno cotidiano.

   A veces las subidas se hacen duras, el corazón se acelera, parece que de un momento a otro se va a salir de su sitio y no hay más remedio que parar, tomar aliento y seguir adelante mirando hacia el suelo para no desmotivarse en alcanzar la cima que se ve inalcanzable, aquí no existe otra preocupación que la de llegar a la cumbre. En las bajadas también hay que poner los cinco sentidos y alguno más si es posible para estudiar donde se colocan los pies y evitar caídas desafortunadas. Durante toda la caminata, la mente se mantiene vacía de todo pensamiento residual y solo apreciamos lo que nuestros ojos tienen delante, no hay nada más que paisaje.

   Después de llegar exhausto a la cima, te detienes a contemplar el desnivel que has superado, compruebas hasta donde has llegado y tomas conciencia de ello, a continuación respiras muy hondo hasta que los pulmones se llenan completamente de aire y lo expulsas lentamente, una vez normalizadas las pulsaciones te detienes a disfrutar de las vistas desde ese punto, miras en todas direcciones hasta el infinito, deleitándote con el majestuoso relieve que conforma el horizonte que te rodea, en este momento sientes que merece la pena el esfuerzo, porque durante ese instante en el que la vista se satura de Naturaleza no tienes constancia de que exista algo que pueda distraerte y te aparte de ese momento único de contemplación.