Un domingo, 1 de junio de 1998, entré a trabajar en la empresa que ahora dejo. Todavía recuerdo mi actitud tímida y retraída al encontrarme con mis futuros compañeros, la primera impresión que tuve del trabajo el primer día fue buena en general, pero esa idea se desmoronó en la siguiente jornada, cuando mi horario laboral se amplió a 15 horas. En casa me esperaban Juan y mi pequeña de 2 meses, que padecía un agudo cólico de lactante. Las primeras semanas fueron durísimas; nervios, llantos, lamentos, quejas, gritos, esa era la tónica general de mi estado anímico las pocas horas que pasaba en casa, pero al cabo de un mes, la actividad laboral se redujo y mi horario se acortó, así fue hasta que el 31 de julio me despidieron y volví a retomar el cuidado de mi niña durante 2 meses más. El 1 de octubre de ese mismo año regresé de nuevo a la empresa pero a un puesto diferente y con un horario que consideré compatible con la vida familiar, y desde ese día hasta el 14 de agosto de este año mi vida ha transcurrido entre las paredes de esa nave y mi casa.
A lo largo de los 20 años he ido creciendo personal y profesionalmente, me ha ayudado muchísima gente, principalmente mi marido, que desde el primer momento estuvo ahí para alentarme y que no desfalleciera al primer obstáculo, también compañeros con los que congenié enseguida y, como no, otras personas con las que no me llevaba tan bien, con estas también he aprendido a ser mucho más fuerte.
Este trabajo me ha aportado especialización en seguridad alimentaria, conocimientos en prevención de riesgos laborales, en medio ambiente, en buenas prácticas sociales, en definitiva un amplio espectro de temas relacionados y no tan relacionados con la carrera que estudié.
Hace 20 años, mi estreno en maternidad coincidió con mi estreno profesional, ahora que ha pasado todo este tiempo me he dado cuenta de ello, la Vida me puso un reto complicado para salir adelante y creo que he demostrado mi valía para luchar contra la adversidad, aunque hayan quedado secuelas que ahora me propongo corregir. Después vinieron otros sucesos alegres, como el nacimiento de mi segunda hija, pero también tristes, como dos abortos o la enfermedad y el fallecimiento de mi padre. Sin embargo, doy las gracias porque el hecho de haber estado trabajando me ha permitido sobrellevar las desdichas y me ha proporcionado un nivel económico adecuado para llevar una vida familiar digna.
Mi despedida de esta empresa y la entrada en una nueva vuelve a coincidir en el tiempo con la despedida de mi madre tras su larga enfermedad, espero entender el mensaje que esta vez me está dando la Vida para rectificar las cosas que en su momento pude hacer mal y que ahora, con la experiencia y la ayuda externa que estoy recibiendo, pueda hacerlas bien.
Hace 20 años, mi estreno en maternidad coincidió con mi estreno profesional, ahora que ha pasado todo este tiempo me he dado cuenta de ello, la Vida me puso un reto complicado para salir adelante y creo que he demostrado mi valía para luchar contra la adversidad, aunque hayan quedado secuelas que ahora me propongo corregir. Después vinieron otros sucesos alegres, como el nacimiento de mi segunda hija, pero también tristes, como dos abortos o la enfermedad y el fallecimiento de mi padre. Sin embargo, doy las gracias porque el hecho de haber estado trabajando me ha permitido sobrellevar las desdichas y me ha proporcionado un nivel económico adecuado para llevar una vida familiar digna.
Mi despedida de esta empresa y la entrada en una nueva vuelve a coincidir en el tiempo con la despedida de mi madre tras su larga enfermedad, espero entender el mensaje que esta vez me está dando la Vida para rectificar las cosas que en su momento pude hacer mal y que ahora, con la experiencia y la ayuda externa que estoy recibiendo, pueda hacerlas bien.



