domingo, 3 de febrero de 2019

Por qué elijo Cehegín

    Añoro la vida sencilla que emana de la callejuelas empinadas y angostas de un pueblo como Cehegín que antaño tuvo su Historia, las piedras nos hablan de personajes importantes, pero también de gente sencilla que nació y murió en esas casas que hoy conforman una preciosa postal de un rincón del Mediterráneo, es un lugar donde se siente el Alma de los que por allí han pasado y de los que ahora lo habitan, se puede apreciar con la vista viendo una simple fotografía, pero también llega a mi imaginación el olor de la masa de harina cocida en el tradicional horno de leña, el sabor de una sabrosa comida recién hecha, el tacto de unos muros que dan frescor al ambiente cálido de la región en la que se ubica este bello pueblo.
    Visitar un lugar como este es retroceder en el tiempo para conocer nuestras raíces ancestrales más lejanas; gastronomía, cultura, recursos naturales y por supuesto el idioma, entre otros muchos aspectos que tenemos en común todos aquellos que hemos nacido junto a la costa Mediterránea y de lo cual me siento muy orgullosa. 
    
   Añoro abrir la ventana de cualquier humilde casa para respirar la brisa del cálido verano que penetra serpenteando por los estrechos callejones.

 Añoro ver a lo lejos la torre de la iglesia elevarse sobre los tejados ocres, hundidos, pandeados por el peso del tiempo.

   Añoro salir a pasear sin prisas, sin ruidos de ciudad y saludar a la gente sencilla que te devuelve el saludo y se interesan por saber quién eres y qué haces ahí.

   Añoro disfrutar de la soledad de los campos de alrededor, caminar kilómetros y kilómetros en la más absoluta tranquilidad.

    Cehegín es un pueblo más de los muchos que se están dejando vencer con el paso de los años sin perder la esencia de lo que un día fue, es todo un privilegio poder vivir una experiencia única como la de pasar todo un verano en un sitio como este, pero reconozco que tengo miedo de que el sitio me atrape y no pueda regresar a mi común rutina.



   
   

sábado, 2 de febrero de 2019

Íntimo y Personal

En paz con La Vida y conmigo misma. Serena, relajada, emocionada con mis recuerdos. Agradecida con mis orígenes. Ilusionada en cada amanecer. Transformando los miedos en fortalezas. Permitiéndome ser y perdonando mis debilidades.

Día a día evolucionando y creciendo como Persona, sintiendo la magia que se produce en esta transición. Apreciando que en mí está Dios, que soy su imagen y semejanza. Tengo poder para cambiar cosas partiendo de la Fe y de mi confianza; con mis decisiones y mi actitud.

Me miro hacia dentro y atisbo que hay una niña sensible, tímida, asustada, amorosa,...que ha estado siempre escondida y ahora se atreve a asomarse. Noto su presencia en este instante, pero es muy tenue. Paciente y decidida transito hacia su encuentro. 

Es lo que siento.