domingo, 21 de julio de 2019

Ciudades clonadas

   Es lunes y me encuentro en Madrid, la boca de metro me deposita en una calle céntrica con gran trasiego de gente que circula en ambas direcciones, y yo me dejo llevar en la dirección que me indica el GPS cuando le pido que me conduzca hasta el café-bar que previamente he seleccionado en mi agenda de viaje para ir a desayunar. En el recorrido voy observando la calzada por la que camino, típicas baldosas de calle peatonal, los portales y fachadas de los comunes edificios, los escaparates de la multitud de tiendas que se sitúan a ambos lados, la mayoría franquicias de nombres muy conocidos, y tengo la sensación de que por ahí he pasado cientos de veces, a pesar de que es la primera vez que lo hago. Este entorno no me aporta nada nuevo por descubrir respecto a la ciudad por la que habitualmente me muevo y es el mismo que pueda encontrar en cualquier urbe de cualquier país de cultura occidental. Deduzco con ello que los núcleos céntricos urbanos se han clonado.
   Más tarde, decido abandonar las avenidas más concurridas y de manera expectante me adentro en un barrio histórico, de calles estrechas, solitarias, de fachadas desconchadas, de puertas y ventanas cerradas a cal y canto, de escaparates modestos, arcaicos, de tabernas y bares con entidad propia. El sosiego impera por encima del barullo de las grandes arterias circundantes, desaparece la sensación de prisa y agobio que unos minutos antes sentía al cruzar Gran Vía, Puerta de Sol o Avenida de Las Cortes, apenas a 200 metros del lugar por el que transito, y ahora vuelvo a tener la impresión de que me encuentro en cualquier calle de mi pueblo, me siento en casa, dejo de ser turista y paso a ser residente del mundo. Esta misma percepción vuelve a ponerse de manifiesto dos días después, cuando a la misma hora me encuentro deambulando por las calles de mi localidad, una población medianamente grande del sureste español y entonces siento que estoy de visita en cualquier otra población de la geografía nacional, soy simplemente una turista en mi barrio.