sábado, 19 de septiembre de 2020

Significado del reflejo de los sucesos cotidianos

 Hace dos años mi madre estaba postrada en su lecho a la espera del desenlace inevitable al que todos los mortales estamos sometidos. Tras 5 años sin hablar con ella, me aventuré a acercarme para estar a su lado en el momento de su despedida, el reencuentro fue bonito, sincero, sentí la esperanza de que todo estaba solucionado por su parte. ¡Que ignorancia la mía!, no supe ver que a lo largo de su vida había estado mendigando amor por doquier, y que en mis manos estaba aliviarla en su trance hacia la otra vida. 

En la distancia y con meditación lo he podido apreciar, pero como ella ya no está yo creía que estaba todo solucionado, sin embargo, otra vez me he equivocado, vuelvo a tener ante mi la imagen de falta de afecto, de amor por parte de mi hija, lo reclama a gritos, con rabia, con ira, con dolor y yo lo siento, pero sinceramente ahora que puedo darlo no sé como hacerlo. 

Hace dos años viví paralelamente la despedida de mi madre y la llegada de un nuevo trabajo tras varios días de desconcierto y ansiedad por salir del sitio en el que estaba. En el presente estoy viviendo la despedida de mi compañero del trabajo, sin esperarlo, sin explicación, veo su desconcierto, su impotencia, como la sentí yo en su momento... y la rabieta de mi hija, rememorando los mismos sentimientos que entonces sentía en presencia de mi madre, en su comportamiento detecto el mío a su misma edad, ahora entiendo su dolor, su ira, pero sé que todo eso es una ilusión que ella se ha creado, como la creé yo entonces y no supe verlo.

La vida vuelve a ponerme delante situaciones paralelas, no entiendo el mensaje, me rindo a lo que es, bendiciendo con todo mi amor lo que sucede y pidiendo para mí la sabiduría necesaria para encontrar la solución y trascender esta situación.

Que así sea